miércoles, 28 de septiembre de 2011

No sé


Queriendo remendar noches tristes, el borracho mira sin ojos.  

Y yo no ando mucho mejor: hago pasos hacia atrás. 
Mi paso es hacia atrás.
Sulfuro acá, o sulfuro allá. Venís o te echo.
O me voy.
O me quedo y nada, y es lo mismo.
Mi vida encarrilada hacia atrás.
Pongamos que suavice con crema, que rompa el hielo con agua hirviendo. Que pase el frío con frazadas marrones.

Ya dejé de ser yo, y lo que suceda luego encárguemelo a mí. Pero no a yo. Porque yo, no.

Tan mal aliento como yo, tan besuqueiro el borracho…
Cuando hace frío no hace calor, ¡eso sí es una verdad!
Pero también puede ser parcial, porque... nunca falta. (Porque puede hacer calor estando al lado de la salamandra, y bla bla bla).

No sé exactamente qué parte de la vida le molesta al borracho, y en verdad, a mi tampoco.
Ella se desvela con otro.
Y la noche se desvela otra vez.

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