1-
Hablamos del linchamiento. Del tema del linchamiento.
Hablamos del tema de los
linchamientos. El linchamiento adquiere entidad. Llegó para quedarse:
es una palabra que usamos seguido ahora: linchamiento,
linchamientos. El tema del
linchamiento.
Pérez
Esquivel opina sobre los
linchamientos: “Nadie es dueño de la vida ajena”. Editado e impreso de esta
manera en tapa de Clarín, el meta-mensaje es claro: "Ningún delincuente tiene derecho a matarte"...
Y el
más linchador y más implosionado lector se pregunta:
¿Qué sabe Pérez Esquivel sobre linchamientos, si es Premio Nobel de la Paz?
2-
Algunos
se copan con el linchamiento y lo justifican. Asumen el linchamiento como una de las formas de la justicia
¿Es una forma de justicia o una forma de delito?
(Si
fuera una forma de la justicia, sería una forma de justicia que anularía al
Estado de Derecho. La única Institución de nuestra civilización que puede
legítimamente determinar y penar el delito. Es, en tanto justicia, la anulación
de un elemento esencial en la organización política de la sociedad en que
vivimos: el Estado como monopolizador de la violencia física legítima. Destituye
la autoridad y anula las formas legales y legítimas de justicia y de violencia.
Es decir: no es justicia y no es legítimo. Es delito. De hecho es homicidio
agravado).
Si
interpretamos que la justicia puede ser la anulación de la sociedad, si la
justicia es un delito, ¿cómo podremos determinar qué es el delito? Si vale
todo... vale todo... Pero ojo, porque sin Estado de Derecho, tampoco hay
Propiedad Privada... y vale todo.
3-
En la
prensa hacen informes sobre los
linchamientos. Como (casi) todo lo que hace la prensa. Por cada
condena al linchamiento, subyacen
diez llamados a la violencia. Claro, en el rapto de condena al linchamiento, se lavan impecablemente
las manos, quitándose toda la responsabilidad simbólica que tienen, por su llamado diario y permanente al pánico, al odio racista, a la ignorancia y a la violencia (entre otras bajas pasiones de los humanos).
Mientras
la condena a los linchamientos es impuesta por la realidad y la
culpa, los llamados a la violencia son su práctica cotidiana.
Joaquín
Morales Solá tiene la virtud de ir (siempre) un poco más allá. Dice que
esta violencia se produce por la retórica amigo-enemigo que inaugura el kirchnerismo
en Argentina. Si hiciéramos el esfuerzo de vincular su dislate al linchamiento, mínimamente concluiríamos
que le faltan doscientos años de
historia… o le sobran.
4-
Varios
representantes políticos también asumen el
linchamiento como justicia,
alegan que se producen porque “El Estado está ausente” ¿De qué sociedad y de
qué civilización son, entonces, representantes políticos?
Los
representantes políticos más progres no dicen nada, o lo dicen tibio… porque
condenar firmemente el
linchamiento, posiblemente sea
piantavotos.
La
Burguesía, en sintonía, reclama desde hace tiempo, más presencia del Estado en
materia de "seguridad", y más ausencia del Estado en todas las otras
funciones del Estado. Hace al menos dos décadas que la Burguesía atenta
financieramente contra su organización política. Atenta contra su dominio de clase. La Burguesía fue más inteligente
antiguamente, por eso construyó su Revolución y su mundo.
Las cosas que Marx dijo, son como las cosas que Perón dijo: solamente
puede ser que lo hayan dicho. Pero, según relata un chiste publicado hoy en
Página/12, Marx habría dicho que "al capitalismo iba a sucederlo el
socialismo, o la barbarie".
5-
La
foto de David Moreira (el más linchado)
tendido en el suelo, tapa de La Capital y multiplicada donde se pudo, es un
testimonio cabal de la impudicia con que podemos seguir excluyéndolo de la
sociedad: se lo puede exhibir muriendo. Si ya lo habíamos excluido del reparto
material y simbólico de nuestro capital, podemos excluirlo -también- del pudor
con que tratamos a nuestros muertos. Porque él no es de los
nuestros. Él es de los de ellos.
Anulado antes que lo linchen, ya era linchable.
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